miércoles, 27 de mayo de 2009

Experiencias para compartir

El politólogo y el trabajo social

El trabajo social es una veta más que interesante para el desarrollo profesional del politólogo. Hay mucho camino por recorrer y por supuesto aportes que realizar.
En el comienzo parece difícil, como si no estuviésemos formados para trabajar en terreno social, en especial con una labor en territorio. Lo visualizamos como un desafío complicado y con poco para dar.
Pero es en medio del camino, de mirar cara a cara, de escuchar y tratar de articular con instituciones de gobierno accesos y derechos universales inherentes a las personas; que encontramos nuestro lugar como profesionales, nuestro espacio para canalizar alguna que otra idea.
Conceptos básicos como ciudadanía, identidad, pertenencia, cultura, modelos de gestión, estrategias, entre otros, empiezan a sorprendernos en medio del terreno social y a ponernos en jaque con la obligada relación que tenemos que hacer entre éstos y los conocimientos teóricos que cargamos en nuestra mochila.
A veces la realidad nos supera, pareciera que nada podemos hacer, que no hay institución que responda, que parte de la realidad social se transforma en un círculo difícil de desandar. Es ahí que es necesario tomarnos de los conocimientos que traemos y buscar en ellos una salida a ese círculo.
Pero la teoría no basta, encontramos que la mayoría de las soluciones o de los obstáculos están movidos por la voluntad. Es en la buena voluntad del otro de un trabajador social, de un médico, de un funcionario o simplemente de un espacio, donde se encuentran salidas, respuestas.
Está en nosotros, politólogos con vocación social, intervenir en esa voluntad desde nuestros conocimientos y aportes, a través de estrategias pensadas y fundadas en justificaciones teóricas a fin de romper con la falta de articulación entre situaciones sociales cotidianas y esferas del estado ausentes e inmóviles.
Este esmero invertido en articular estado y sociedad, incentivar voluntades, dar respuestas y romper con el círculo vicioso de la inoperancia, se vuelve un nutriente extremadamente valioso para el desarrollo del politólogo, dándole una visión completa y amplia de la realidad socio política e invitándolo a crear análisis integrales y reales.
Invito a todos los que siguen este espacio de encuentro a comentar las actividades que están desarrollando como profesionales para conocer los alcances diversos de nuestra profesión.
Por: Lic. María Virginia Coudannes.

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